Las ventajas y beneficios de ajardinar nuestro entorno urbano son abundantes. Podemos destacar:
Temperatura y humedad del aire: En presencia de vegetación, los núcleos urbanos experimentan un descenso de la temperatura ambiente y un aumento de la humedad del aire, lo cual deriva en una sensación de efecto refrescante y agradable.
Ruido: Algunas especies vegetales tienen una capacidad absorbente de las ondas sonoras, especialmente aquellas con frecuencias superiores a 200 Hz. Digamos que la vegetación actúa de barrera acústica, atenuando la intensidad del sonido.
Viento: El viento es uno de los principales factores meteorológicos que provocan un mayor descenso de las temperaturas en nuestra viviendas. La disposición de jardines verticales en las fachadas de edificios reduce notablemente la frecuencia e intensidad de incidencia del viento, generando un mejor estado de bienestar.
Radiación solar: La presencia de vegetación en cubiertas y fachadas de edificios minimiza en mayor o menor medida la incidencia de radiación solar en función del tipo de especie vegetal plantada. Se genera una sombra natural que protege y favorece las condiciones de habitabilidad en nuestros hogares y entornos laborales.
Ahorro energético: La instalación de vegetación en cubiertas y fachadas de edificios, así como en espacios interiores mejora y estabiliza notáblemente la transmisión de energía térmica, favoreciendo la disminución en invierno del uso de calefacciones y en verano del uso de aires acondicionados. ¡Se puede conseguir hasta un 25% de ahorro en el consumo energético!